jueves, 15 de enero de 2009

Capitulo IV. Presentación y Análisis de los Resultados

Grupos de edades

Como quiera que el porcentaje de pobreza en el país sea un agregado o promedio nacional, se trata en este capítulo de explorar las diferencias y desigualdades que se encuentran detrás de esta cifra nacional. Para ello, se trabajará con la data arrojada por el Censo Nacional de Población y Vivienda del año 2001, pues es la única fuente de información que permite llegar a puntualizaciones que no son posibles con la Encuesta de Hogares, por ser un levantamiento muestral. Por otra parte, el indicador de pobreza a ser utilizado será el del método de las Necesidades Básicas Insatisfechas ya que se trata de un análisis de situación estructural. Por ello, a partir de este momento cuando se haga referencia en este informe a la condición de pobreza nos estamos refiriendo a la medición por el Método de Necesidades Básicas Insatisfechas, a menos que se especifique lo contrario.


Para el año 2001 según datos aportados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), el 38% de la población venezolana se encontraba en situación de pobreza, ello en términos numéricos significa que más de 8 millones 700 mil personas en Venezuela tenían al menos una necesidad básica insatisfecha. De manera similar 14% de la población (más de 3 millones de habitantes) se encontraban en condición de pobreza extrema. La distribución de la pobreza por grupos etáreos muestra que son precisamente los niños, niñas y adolescentes a quienes más afecta esta condición. Al analizar la composición por grandes grupos de edad, se aprecia que los porcentajes de pobreza y pobreza extrema son considerablemente superiores en los menores de 20 años en comparación con las magnitudes relativas registradas por la población de 20 años y más. La tendencia e v i d e n c i a d a para la infancia y l a adolescencia no es propia o específica de nuestro país, informes del c o n t i n e n t e latinoamericano muestran un comportamiento similar en el resto de los países de la región (CEPAL-UNICEF. La Pobreza en América Latina y el Caribe aún tiene Nombre de Infancia, CEPAL, UNICEF, Septiembre 2002), la cual guarda una alta relación con la m a y o r proporción de menores que existen en los hogares pobres así como con la mayor tasa de fecundidad que caracteriza a estos grupos de población.


El grafico anterior demuestra la situación expuesta previamente al mostrar la relación inversamente proporcional que existe entre el número de menores en el hogar y la condición de pobreza del mismo.


Distribución geográfica
Pobreza rural vs. pobreza urbana

Otro de los contextos fuertemente asociados a la pobreza es lo relativo al grado de urbanización de la localidad en la que está inserta la población. Los procesamientos muestran cómo los porcentajes de pobreza y pobreza extrema ascienden considerablemente cuando se analiza el medio rural. El censo de 2001 muestra las diferencias en cuanto a las condiciones de vida de la población entre los ámbitos rural y urbano, que alude a los diferenciales respecto al nivel de consolidación de los servicios (públicos, de salud, educación y sociales en términos amplios) e infraestructura en general, variables que por lo demás tienen mucho peso en la conformación del Índice de Pobreza por NBI.

El cuadro muestra el tamaño de la brecha en las condiciones de vida de la población cuando discriminamos por urbano-rural.



Mientras que el porcentaje de pobreza alcanza al 35.2% de la población que vive en asentamientos urbanos, esta proporción asciende a 60.8% cuando la focalizamos en el ámbito rural. Aún cuando desde el punto de vista sociodemográfico la proporción de población rural puede resultar de baja significación (11,5% de la población total del país), es posible observar cómo, en términos relativos, la pobreza en localidades rurales se encuentra en 23 puntos porcentuales por encima del promedio nacional y 26 puntos con respecto al promedio urbano. Por otra parte, la severidad de la condición de pobreza también se exacerba cuando comparamos por esta variable.
Del total de pobres urbanos, un tercio (33%) se encuentra en pobreza extrema, mientras que en el área rural este porcentaje asciende a más de la mitad (52,6%).
Al analizar las brechas urbano-rural por grupos de edad se ve que las tendencias evidenciadas se mantienen. Desde el punto de vista de las diferencias en los porcentajes de pobreza por grupo de edad y ámbito, éstas se incrementan en la edad adulta; no obstante, en el caso de los niños, niñas y adolescentes, que de por sí constituyen el grupo de población más afectado por la condición de carencia material, estas disparidades no son poco significativas.

El grupo que aglutina la mayor concentración de pobreza en el país es el de niños y niñas de 0 a 5 años que viven en las áreas rurales (72%), casi 3/4 partes de la población en este grupo de edad; respecto a los que viven en áreas urbanas (52%), la cifra se encuentra 20 puntos porcentuales por encima. Le siguen los niños y niñas de 6 a 11 años cuyas proporciones pasan de 68% en el área rural a 45% en localidades urbanas. Los y las adolescentes, por su parte, muestran la misma tendencia evidenciada en los promedios generales tanto en su magnitud relativa como en sus variaciones.

La pobreza extrema experimenta una tendencia diferente, al acentuarse la brecha urbano-rural en las edades más tempranas. En términos porcentuales, las diferencias entre ambos ámbitos son mayores en el grupo de 0 a los 11 años de edad. De 0 a 5 años el porcentaje de pobreza extrema rural se ubica en 42%, 22% por encima de la urbana, de 6 a 11años las cifras son 40% y 17% respectivamente, mientras que en los grupos que van de 12 a 19 años y mayores de 20 (adultos) aun cuando el porcentaje de pobreza prácticamente se triplica en el área rural (31% vs.11% y 27% vs. 9%) la brecha es ligeramente menos acentuada (19 puntos porcentuales en el caso de los jóvenes y 18 puntos en el caso de los adultos).





Pobreza y genero

Para el año 2.001 el relevamiento censal reporta cantidades absolutas y relativas de similar magnitud en cuanto a la composición por sexo.
Discriminando por condición de pobreza se observa cómo, de las más de 8 millones de personas que se encuentran en esta situación, 39,03% son hombres y 37,38% son mujeres. En tal sentido, encontramos que a nivel global el margen porcentual diferencial en la condición de pobreza entre hombres y mujeres es de 1,65% más en el sexo masculino que en el sexo femenino, distancia poco significativa si la comparamos con el registro de la estructura poblacional por sexo (1,45 puntos porcentuales de diferencia a favor del sexo femenino).
En lo que respecta a la condición urbano-rural del área de residencia las diferencias por sexo nuevamente son poco relevantes.
En el ámbito rural ésta es prácticamente nula tanto en lo que se refiere a la situación de pobreza como a la de pobreza extrema y en el ámbito urbano la diferencia porcentual de pobreza apenas alcanza a 1,3 puntos porcentuales mientras que en el caso de la pobreza extrema es menor a 1 punto (0.7%), siendo que en ambos casos es mayor la cifra alcanzada por la población masculina. Los diferenciales por sexo en la condición de pobreza se hacen ligeramente mayores cuando comparamos de acuerdo a la jefatura del hogar.



Para el año 2001 el censo reporta 5.243.288 hogares en Venezuela. De estos el 71% corresponde a hogares con jefatura masculina y el 29% a hogares con jefatura femenina. Al comparar la condición de pobreza en base al sexo del jefe de hogar como aparece en el cuadro siguiente, se aprecia una diferencia de 4 puntos porcentuales en la condición de pobreza y en el caso de pobreza extrema de 3 puntos a favor del sexo femenino.

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